Hace ya un tiempo, tuve una charla con un seguidor de nuestro Twitter sobre el cómo han ido desapareciendo cierto tipo de videojuegos o, más concretamente, cómo han sido relegados hasta casi el ostracismo en favor de otros géneros que han ido ganando en aceptación en los últimos años.
Con lo limitada que es la red social del pajarito azul y sus 140 carácteres, la verdad es que la charla dio bastante de sí y de ella se pudieron sacar conclusiones o, por lo menos, quedaron en el aire en un pacto no escrito que hacía entrever que estábamos de acuerdo en nuestra forma de pensar. El juego online mató a los plataformas.
Vale, bien, no vamos a ser tan bruscos y tan categóricos como para echar balones fuera. No es culpa de internet, tampoco es culpa de la evolución de la tecnología y no es culpa de los jugadores y los gustos actuales predominantes… No es culpa de nadie y es culpa de todos, para ser más correctos.
En los últimos años, y en RetroBadajoz hemos formado parte de esta tendencia en más de una ocasión, nos hemos dejado arrastrar por un hyper realismo en los videojuegos que nos fascinaba a la hora de verlo en nuestras pantallas y sabiendo a ciencia cierta que no se trataba más que de eso, gráficos hechos por ordenador tan increíbles que casi se podían tocar y nos ponían los ojos como platos. Y nos ponían los ojos como platos porque, seamos sinceros, en nuestra adolescencia (hablo de los que ya rebasamos la treintena de forma un tanto “alarmante”, por decirlo de forma delicada) jamás hubiéramos imaginado ni en nuestros mejores sueños que algún día íbamos a manejar un personaje que se moviese y fuese físicamente casi como una persona de verdad.
Si nos daban un fontanero italiano y regordete como protagonista para machacar a una pandilla de tortugas malévolas, allá que íbamos a repartir estopa. Si nuestra estrella era un erizo (¡azul!) que corría velozmente sobre sus patas traseras cual Speedy González, allí que nos hinchábamos a recoger anillos a cascoporro. Si teníamos que pelearnos contra una horda de variopintos ninjas y jefes finales como rinocerontes llenos de mala baba, ahí teníamos para elegir con cuál de las cuatro tortugas mutantes y sus artes de kung fú íbamos a limpiar las pantallas.
Esto sí que era un juego “retro”… ¡Queremos que vuelva Chuck Rock!
El juego online mató a los plataformas porque, la verdad, no debe de quedar muy bien una versión realista de ninguno de los personajes que acabamos de mencionar (Bob “Mario Bros” Hoskins nos perdone) y, por tanto, las compañías prefirieron volcarse en mejorar entrega tras entrega los píxeles de Solid Snake, las plantillas del Pro Evolution Soccer de turno o cualquiera de los tropecientosmil soldados a los que nos pulimos a balazos en los “Halo”, “Battlefield” o “Gears Of War” a gusto del consumidor.
Sí, todo eso está muy bien, ya digo que desde aquí también entonamos el “mea culpa” por la parte que nos toca (“Call of Duty” es lo que tiene, qué os voy a contar que no sepáis) pero, desde que nuestros modems pasaron a llamarse routers y nuestra velocidad de conexión pasó de 56k a 100 megas de fibra óptica, tenemos mono de plataformas en prácticamente cualquier videoconsola (y no, no hablamos de nuestro querido Donkey Kong, por si alguien está tentado de hacernos la broma, que la hemos dejado a huevo).
Y es que, por mucho que pegar unos tiros online contra un alemán o por más que tomarle la revancha a ese forofo del Barça desde el salón de tu casa esté de moda, nosotros seguiremos diciendo que, como se disfrutaba con Mario, Sonic, Earthworm Jim, Cool Spot o los primeros Crash Bandicoot, no se disfruta hoy en día.
RetroBADAJOZ (& Videogames) 
No estoy del todo de acuerdo. Creo q como muchas otras cosas los videojuegos pasan por modas. Con la llegada del 3d y el online si que es verdad que generos enteros desaparecieron (además de las plataformas las aventuras gráficas también sufrieron un bajón) pero creo q ahora están resurguiendo gracias a los móviles y la escena indie. Tienes bellezas como fez o maldita Castilla q son plataformas tan divertidas como las clásicas.